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Un llamado a la conciencia de la humanidad

Un llamado a la conciencia de la humanidad Miguel A. Untoria Pedroso

El informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (UNICEF) sobre el Estado de la Infancia en el 2003, con sus aterradoras estadísticas, demuestra de forma fehaciente cómo millones de niños en el planeta apenas subsisten, y sufren las más graves consecuencias de los sistemas económicos sociales imperantes en la mayoría de los países del mundo.

La investigación de la UNICEF constituye un verdadero grito, un reclamo a la conciencia de todos los habitantes de la Tierra en interés de la infancia que sufre de la miseria material reinante en los países del Tercer Mundo y de la miseria moral de algunos en los países desarrollados.

Sobre este tema que nos hace reflexionar también sobre los grandes contrastes entre la situación de la infancia en el mundo y lo que ocurre en nuestra Isla, brindaron comentarios e informaciones los panelistas Arleen Rodríguez, Nidia Díaz, Juana Carrasco, Aixa Hevia, Lázaro Barredo y el moderador Randy Alonso durante la Mesa Redonda Informativa de ayer.

Los periodistas relataron cómo en lo que va del siglo XXI en el planeta reinan aún la incultura, el analfabetismo, la violencia, las guerras, las desigualdades, la pobreza y el hambre.

De tantas miserias humanas, los niños y las niñas son las víctimas principales. La gran mayoría sin capacidad para escoger sus destinos y privada de los más elementales derechos que tiene cualquier ser humano en la vida.

Las cifras mencionadas son verdaderamente aterradoras:

-121 millones de infantes sin escuela; 65 millones de ellos, niñas.

-2 millones de niños y niñas son víctimas del tráfico sexual.

-14 millones de huérfanos a causa de la pandemia del SIDA.

-400 millones de niños trabajan en condiciones de esclavitud.

-2 millones de niños han muerto en una década por las guerras.

-6 millones han sido heridos en esas guerras.

Las estadísticas demuestran que el actual orden económico y social mundial es insostenible y no puede garantizar el futuro de la humanidad.

En contraste, los logros de la Revolución cubana en la esfera de la niñez, brillan como la luz que indica el camino de la voluntad política, más allá de los recursos económicos, y demuestra que una sociedad más humana y mejor es posible.

En el mundo nuestro país constituye una honrosa y enaltecedora excepción.

Para los cubanos, los niños son el más preciado tesoro de la Patria; la educación y la salud, el deporte y la cultura son sus derechos.

Y la felicidad que disfrutan no es un privilegio, sino un derecho conquistado.

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